¿Aprender inglés jugando? Solo 10 minutos al día bastan

Muchos padres creen que para que un niño aprenda otro idioma se necesitan horas de estudio y grandes inversiones en clases particulares. No obstante, la realidad es que, con constancia, motivación y técnicas divertidas, tu hijo puede avanzar mucho en poco tiempo. El secreto está detrás de convertir el aprendizaje en un hábito diario y, sobre todo, en un juego.

Veamos cómo es posible aprender inglés jugando con tu hijo dedicando tan solo diez minutos al día. Descubre los beneficios, qué actividades puedes aplicar en casa, y cómo hacer que la motivación perdure en el tiempo.

¿Realmente solo 10 minutos al día pueden marcar la diferencia?

Si bien puede parecer poco, diez minutos diarios son más que suficientes para estimular la memoria, reforzar el vocabulario y crear un hábito positivo. Lo que importa no es la cantidad de tiempo, sino la constancia y la calidad de las actividades. Esto se debe a que los niños pequeños tienen periodos de atención cortos, por lo que breves sesiones diarias son más efectivas que largas lecciones semanales.

Por otra parte, diez minutos al día equivalen a más de una hora semanal de práctica acumulada. Al jugar en inglés, el niño no siente que está “estudiando”, sino que está divirtiéndose. Fomentar el estudio de esta manera, hace que aprender se convierta en parte de la rutina, de la misma forma que cepillarse los dientes o leer un cuento antes de dormir.

Aprender inglés jugando ¿Cuáles son los beneficios?

El juego es el lenguaje universal de los niños. Jugando los peques experimentan, exploran y desarrollan habilidades cognitivas y sociales. Combinar el juego con el inglés, proporciona resultados sorprendentes:

  • Se observa una mayor motivación: El niño se involucra y se siente más animado a participar porque disfruta lo que hace.
  • El niño aprende de forma natural: El vocabulario se asimila en contextos reales, en actividades que pueden hacerse durante el día a día, no memorizando listas de palabras.
  • Se desarrolla una mayor confianza para expresarse: Al jugar, el niño se arriesga más a hablar sin miedo a equivocarse, lo cual mejora su confianza durante las interacciones.
  • Desarrollo integral: No solo se mejora la confianza, sino que también se refuerzan la memoria, la concentración y la creatividad.

Algunos juegos para aprender inglés en casa

Con algo de tiempo libre y creatividad, puedes crear experiencias de juego que fomenten el aprendizaje del inglés de tu peque. Aquí tienes algunos ejemplos de actividades que puedes hacer todos los días, que no requieren de gran inversión y que pueden marcar la diferencia.

Búsqueda del tesoro

Toma objetos con determinadas características, como por ejemplo un color, y escóndelos en diferentes partes de la casa. Dale a tu peque pistas acerca de estos objetos en inglés como: “Find something yellow” (encuentra algo amarillo), y deja que se entretenga buscando mientras graba en su memoria esta nueva palabra sin mucho esfuerzo.

Canciones con gestos

A los niños les encanta cantar, y hay canciones infantiles que son muy populares por su efectividad en el aprendizaje del inglés. Canta canciones como If you’re happy and you know it o Head, Shoulders, Knees and Toes. Ambas ayudan a reforzar el vocabulario y mantienen a tu peque entretenido.

Simon says (Simón dice)

Todos alguna vez hemos jugado Simón dice, este juego puede convertirse en una excelente actividad de inglés, ya que puedes crear varias instrucciones sencillas en este idioma para que tu peque las siga: Simon says touch your nose, Simon says close your eyes

Opciones más interesantes: Memshu

Memshu es un juego de cartas ideal para estimular la memoria y nutrir el vocabulario de tu peque. Lo mejor de todo es que puedes reunir a toda la familia para una experiencia mucho más entretenida. Puedes encontrar versiones de este juego con vocabulario sobre las partes del cuerpo, alimentos como verduras y mucho más.

Optimiza la rutina para mejores resultados

Claro que tu peque puede aprender inglés jugando unos diez minutos al día, pero para que esto sea una realidad es una buena idea que organices la rutina. Aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte a hacerlo.

  • Fija un horario: Establece un momento del día que sea exclusivo para jugar y aprender. Al tratarse de un lapso de tiempo corto, puede ser antes de dormir, después de la merienda o al llegar de la escuela.
  • Opta por la variedad: La variedad de las actividades puede prevenir que tu peque se aburra. Para hacer de esta experiencia algo más interesante y entretenido, puedes variar las actividades con un día tarjetas, otro día canciones, otro día dibujos, etcétera.
  • Lleva registro del progreso: Para mantener la motivación, asegúrate de llevar un registro del progreso de cada día. Puedes hacerlo con ayuda de un calendario, marcando con pegatinas los días en los que se cumpla con la rutina de juegos. También es una buena idea mantener registro de lo aprendido y de los logros de tu peque.
  • Hazlo divertido: No conviertas el momento en una obligación, sino en un rato de juego compartido. Lo ideal es que tu peque se sienta emocionado por aprender inglés jugando y compartiendo contigo, no que sienta que es una responsabilidad.

Recuerda que aprender un idioma es un proceso que toma tiempo. La constancia de practicar todos los días, aunque sea poco, tiene más impacto que estudiar mucho una sola vez y evita que tu peque se sienta superado por el estudio. Compartir 10 minutos al día de juego y aprendizaje, hará que en un año se acumulen más de 60 horas de exposición al inglés. Es el complemento perfecto para pequeños estudiantes que están adentrándose a un nuevo idioma.

¿Cómo mantener la motivación en el tiempo?

La motivación puede perder fuerza con el tiempo si no involucras la creatividad y la innovación en las actividades. Aquí tienes algunas ideas de cómo puedes mantener a tu peque motivado mientras se enfoca en aprender inglés jugando.

  • Deja que el niño elija el juego del día: Permite que tu peque explore sus preferencias y elija el juego con el que más se sienta cómodo en el momento. De esta manera, te aseguras de que todo su interés y enfoque se mantenga en el juego.
  • Relaciona el inglés con sus intereses: ¿Qué le gusta a tu hijo? ¿Hay alguna caricatura en especial? ¿Quizás es fanático de un deporte o se emociona viendo a un superhéroe en específico? Aprovecha esto para orientar las actividades de aprendizaje hacia sus intereses. Esta es una excelente estrategia para captar y retener su atención.
  • Crea retos familiares: Pon a prueba la memoria de los miembros de la familia ¿quién recuerda más palabras en inglés esta semana? Esto mantiene motivado a tu hijo y además alimenta su competitividad.
  • Celebra los logros con recompensas simbólicas: Hazle saber a tu hijo lo bien que lo está haciendo. Celebra sus logros, aunque sean pequeños y hazle saber lo valioso que es aprender.

¡Jugar también enseña!

No necesitas grandes recursos ni dedicar horas para que tu hijo pueda aprender inglés jugando. Con solo diez minutos diarios de juegos, canciones y actividades divertidas, estarás sembrando una semilla de aprendizaje que crecerá con el tiempo y que lo acompañará durante toda su vida.

Enfócate en hacer que tu peque disfrute, pierda el miedo y vea el inglés como algo natural en su vida. Así, no solo aprenderá palabras y frases, sino que también desarrollará confianza, creatividad y motivación para seguir explorando el idioma. Aprender inglés jugando es posible y tú puedes ser la mejor compañía de tu peque para lograrlo.

Share

You Might Also Like

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *